Este es mi pequeño alegato a favor del movimiento 15M
cuando quedan pocos días para que cumpla un año. En las últimas semanas se
ha escrito mucho sobre su estado de salud, su “utilidad” político-social y su
futuro.
Yo he intentado exprimir mis neuronas al máximo, analizar el
tema, conectar hechos y datos. He hecho caso a Elvira Lindo, por su artículo “Likes”
– donde criticaba la superficialidad de la información en la red- y me he
centrado más en los reportajes de fondo. Así, me he convencido de que ya nada será como antes, ni el mercado laboral, ni el consumo, ni la producción, ni la comunicación, ni la educación en las aulas, pero tampoco la conciencia política y social de miles de personas que se disponen a hacer fuerza contra la última vuelta de tuerca del liberalismo económico.
Esa toma de conciencia colectiva, a modo de Rogoberta Menchú, es el primer dato positivo para este aniversario del 15M. Como también lo son, por ejemplo, las cooperativas integrales que se han puesto en funcionamiento a lo largo de este año, los mercadillos de trueque, los bancos de tiempo, los logros de stop desahucios, la mayor solidaridad en los barrios o el movimiento de los yayoflautas.
El hecho de que, ahora más que nunca, la Iglesia, la monarquía y las grandes fortunas nacionales que evaden impuestos en paraísos fiscales estén en el punto de mira y nos estemos preguntando ¿qué hacemos con ellos?, es ya un gran logro.
Y más. Yo apuesto a que la #spanishrevolution seguirá creciendo y fortaleciéndose en iniciativas y organización porque ya nada es como antes. Poco importa que Democracia Real Ya sufra una escisión o que el propio movimiento 15M tenga un debate interno sobre si entrar en el sistema político o no. Seguramente cosas como esas sucedan porque ha eso se le llama evolucionar, estar vivo, madurar.
Sin embargo es una lucha complicada. Cada vez estoy menos segura de que el capitalismo haya fracasado como sistema. Como se pudo ver en el documental Inside Job, los grandes financieros lo sabían, y actualmente se siguen enriqueciendo con la crisis. Así que, o estaba en sus planes, o como dice José Luis Sampedro, se trata de una ideología "auténticamente fundamentalista. Y, como toda fe, esa creencia cegadora impide a sus fieles ver lo que tienen ante sus ojos. Por ejemplo, un mendigo que pide limosna a la puerta de un mercado". No se cual es peor de las dos opciones.
En conclusión, sí, creo que el próximo 12M15M volverá a llenar las calles, ya no sólo de indignados, sino de activos y reactivos ciudadanos que seguirán trabajando más allá de la manifestación de un día puntual.
Y no, a pesar de que Elvira Lindo tiene razón y debemos pararnos más a leer sesudos análisis, no creo que la red esté generando un overpromise como dicen algunos. Obviamente esto no es la Revolución Francesa, ni la Primavera de Praga, además de porque en esas fechas no existía internet, porque los cambios se hacen en cada época de forma diferente. Y en todos ellos siempre hay ruido, interferencias y escépticos.
;)
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