sábado, 21 de abril de 2012

Una bici, la Expo 92 y el consumo


Acabo de llegar de otro estupendo día de “bicicletear” por la ciudad de Sevilla. El servicio público de bicicletas y el carril-bici por algunas zonas urbanas así lo permiten. Aunque aconsejo no practicar esta actividad durante la Semana Santa o en pleno agosto, en general, es bastante agradable, económica y saludable.

En esta ocasión decidimos recorrer el Paseo de la Palmera hasta el puente de San Telmo, tomar una inevitable cervecita en la Calle Betis, junto al río, y continuar por el carril que atraviesa la Isla de la Cartuja. La excusa de tomar esta ruta eran las actividades que se estaban celebrando en el antiguo recinto de la Expo 92 por el 20 aniversario de la misma. Pero, como todos los sábados y domingos del año, las calles de la Expo estaban placenteramente desiertas.

El tema de la repercusión que tuvo, y sigue teniendo, la Exposición Universal de 1992 para Sevilla, y para Andalucía en general, es bastante recurrente en las charlas ligeras de la capital. Sin contar con el sentido estético, las valoraciones económicas y urbanísticas arrojan luces y sombras: