“Al principio, yo soñaba con la basura”. Fue el comentario de un vecino de Hernani a un medio de comunicación. Estaba visiblemente agobiado con el nuevo sistema de recogida
de basura, el “puerta a puerta”, implantado por el Ayuntamiento. “Fue tan
drástico el cambio de hábitos y la exigencia de hacerlo bien, que todo giraba
alrededor de la basura”.
El que alguna vez haya pasado por un vertedero o una planta
de reciclaje, seguramente habrá pensado como este vecino. Y es que la basura,
unida, da miedo. No sólo genera repugnancia, sino que construye un paisaje apocalíptico, de humanidad devastada.